How to settle into halls as an International student



This year, thousands of international students are arriving in Liverpool and are facing the same challenge, how do I settle into my halls?

What is it like to live in halls? What should I do once I have arrived there? What is it like to live with strangers? These are some of the questions they might be asking themselves right now. We try to answer most of these questions in this blog post. 

Arriving

International student Johnny Galán, 29, arrived in the city after travelling almost two days from Colombia. He said, “When I arrived (to halls), a person named Louis greeted me. She was a very nice, very pleasant girl.”

When students arrive, the halls usually have a member of staff ready to receive them. LJMU halls also have other students ready to help them and answer any questions related to the accommodation.

Peruvian Sofía Piscoya, 30, said, “A student girl received me. She had a university t-shirt on so was easy to identify. She helped me carry my bags, even though it was not necessary. She went with me to the door of my room, helped to open it and explained things to me in detail, for example, how to use the shower.”

Mr Galán said giggling, “As soon as one arrives, one feels that one does not speak English. It is quite funny because one does not understand the Scouse (Liverpudlian) accent at all, on the one hand. But, on the other, they (Liverpudlians) are very kind people. So, you can just ask them to repeat what they are saying a little slower.”

The first few days

After arriving, and filling in some important documents, the next challenge is to fill the emptiness of your room and, usually, of your stomach as well. 

Mr Galán said, “The basic needs you need to cover as soon as you arrive are to eat and to sleep.”

Northern Irish Johnathan Wilson, 19, said smiling, “The room I had was en-suite, so I had my own bathroom. I had a bed, a mattress, a table and a seat.”

The least expensive halls, usually known as ‘bronze’, have fewer things included. More expensive ones, often tend to include more things.

Some halls will not have any bowls, pans, spoons or forks to make and eat food with. It is good for new students to bear this in mind, they might have to buy those.

Co-existence

The last big challenge of settling into halls is to co-exist with your housemates.

Mr Wilson said, “They (my roommates) were all very nice people, and they were all very friendly on the first day.”

Ms Piscoya said, “I am happy with my roommates. I say that they are the best thing that could have happen to me.”

The roommates of Ms Piscoya listened to each other to solve any potential problems, “Only once did Emily have to tell the guys to wash their plates. After we had that little chat, the guys cleaned the kitchen.”

Also, it is not uncommon in the halls to share food with each other. As Ms Piscoya said, “If one is lacking of something, my roommates are like, ‘Ay, I have some, take it.’ My roommates always say, ‘You already know where my shelf is. You can take some, there is no problem.’”

Living in halls is a good experience for students. A range of new experiences can be had in them.


Cómo establecerse en los ‘Halls’ (Spanish version)

Este año, miles de estudiantes internacionales están llegando a Liverpool y están encarando el mismo reto: ¿cómo me establezco en mi ‘hall’ (residencia estudiantil)?

Preguntas como: ¿cómo es vivir en un hall?, ¿qué debo hacer una vez haya llegado a allá?, o ¿cómo es vivir con extraños? Son algunas de las preguntas que pueden estar haceindose a sí mismos en este momento. Intentamos responder la mayoría de ellas en la publicación de esta semana.

Llegar

 El estudiante internacional Johnny Galán, 29, llegó a la ciudad después de viajar casi dos días desde su natal Colombia. Él dijo: Allí (en el hall) me recibió una persona que se llama Louis: una chica muy agradable, muy amable.”

Cuando los estudiantes llegan, el hall usualmente tiene una persona del personal lista para recibirlos. Los halls de LJMU ciertamente tienen a otro estudiante listo para ayudarlos y responderles cualquier pregunta relacionada con el hall.

Sofía Piscoya, 30, de Perú, dijo: “Me recibió una chica estudiantil; tenía polo de la universidad”. “Me ayudó a jalar la maleta, por más que no era necesario”. “Me acompañó hasta la puerta de mi cuarto, me ayudó a abrirlo y me explicó a detalle, por ejemplo, cómo usar mi ducha.” 

También, Galán dijo riéndose: A penas uno llega, uno siente que no habla inglés. Es muy gracioso porque uno no entiende definitivamente el acento Scouse (de Liverpool), por un lado. Pero, por otro lado, ellos (la gente de Liverpool) son personas muy amables. Entonces, tú les pides que te repitan un poco más despacio lo que están diciendo.

Primeros días

Después de llegar, y llenar unos documentos importantes, el siguiente reto es llenar el vacío de tu cuarto y, usualmente, el de tu estómago también.

Galán dijo: “Las necesidades básicas que necesitas cubrir a penas llegas son: comer y poder descansar plácidamente.”

Johnathan Wilson, 19, de Irlanda del Norte, dijo sonriendo: “El cuarto que yo tuve era en-suite. Entonces, tenía mi propio baño. Tenía la cama, un colchón, una mesa y una silla. Eso es todo.”

Los halls más baratos, usualmente conocido como ‘bronce’, tienen menos cosas incluidas. Unos más caros suelen tender a incluir más cosas.

Algunos halls no van a incluir tazas, ollas, cucharas o tenedores para hacer y comer la comida. Algunos otros tampoco van a tener almohadas o cobijas. Es bueno para los nuevos estudiantes tener en mente que ellos podrían tener que comprar esas cosas.

Convivencia

El último gran reto de establecerse en los halls es la convivencia con extraños. Esto puede ser muy fácil o no: Depende de la responsabilidad y la autonomía de las personas con las que estés viviendo, y la tuya.

Wilson dijo: “Ellos (mis compañeros de cuarto) eran todos muy amables, y todos fueron muy amistosos el primer día.”

En la otra mano, Piscoya dice: “Yo soy feliz con mis roommates. Yo digo que son lo mejor que me pudo pasar.”

Wilson discutió con sus compañeros de cuarto sobre el desorden de ellos en la cocina. Los compañeros de cuarto de Piscoya escucharon cuando uno de ellos se quejó sobre asunto similar: “Solamente hubo una vez que Emily tuvo que decirle a los chicos: ‘chicos, por favor, laven sus cosas (platos)’”. “Después de que tuvimos esa pequeña charlita, los chicos lavan.”

También, no es extraño en los halls compartir la comida. Como Piscoya dice: Si a uno le falta algo, mis roommates es como: ‘Ay, yo tengo. Coge’”. “Yo también les he dicho a mis roommates: ‘¿les falta té; sal? Ya saben dónde está mi cajón: pueden cogerlo, no hay problema.’”

Incluso si vivir en un hall puede ser un reto, es una buena experiencia para los estudiantes. Un rango de nuevas experiencias puede ser encontradas en ellos.



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